“El secreto de la meditación es entrar inmediatamente en el silencio interior y no perder el tiempo precioso, dejando que la mente vague”. – Swami Kriyananda.
La meditación es un estado profu
ndo de conciencia que comienza cuando los pensamientos y las emociones se han serenado. La meditación no consiste en reflexionar, ni tampoco es permitir que la mente se sumerja en el subconsciente. La calma que nace de la meditación profunda representa un nivel de conciencia más elevado, que cualquier otro experimentado en estados más inferiores, el superconsciente. En la meditación la atención permanece totalmente absorta en el superconsciente.
El superconsciente se halla por encima de nuestro estado normal de vigilia. Cuando nuestra mente está serena y en este estado elevado, pueden surgir profundas percepciones e inspiraciones.
La actitud correcta para meditar es escuchar. La diferencia entre orar y meditar reside en que orar es hablar con Dios, en cambio, meditar es escuchar su respuesta.
La meditación diaria produce cambios profundos en tu ser, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Te conecta con tus poderes internos de vitalidad, claridad y amor y te ayuda a:
- Reducir la tensión y el estrés a voluntad.
- Sentirte feliz, más relajado y en paz contigo mismo.
- Mejorar tu salud, tu claridad mental y tu vitalidad.
- Desarrollar un modo de vida más intuitivo y centrado en el corazón.
- Descubrir y explorar tu naturaleza espiritual interior.
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